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Análisis de la pintura La Última Cena.

Vamos a hablar en este blog de algunas obras de arte y me pareció oportuno ya que estamos cerca de iniciar la cuaresma, tratar sobre el cuadro de la última cena, empezando con un poco de historia y su posterior análisis.

La obra fue encargada a Leonardo da Vinci por su mecenas el duque Ludovico Sforza, en 1494, para el convento de los dominicos en la iglesia Santa María Delle Grazie en Milan, Italia.

Es una  pintura mural, aunque no se usó un fresco tradicional, sino fue ejecutado al temple y óleo, está pintado a 2,15 mts del suelo y tiene unas dimensiones de 8,80 x 4,60 mts, ubicado en el cenáculo de los monjes que se usaba de  comedor, al fin del día el cuadro iba a representar la última cena.

Fue ejecutada entre 1495 y 1497, Leonardo da Vinci trabajaba bastante lento, aunque de forma continua y es así como se describe en un testimonio de Mateo Bandello (un novicio) “Llegaba bastante temprano se subía al andamio y se ponía a trabajar. A veces permanecía sin soltar el pincel desde el alba hasta la caída de la tarde, pintando  sin cesar y olvidándose de comer y beber.

Otras veces no tocaba el pincel durante dos, tres o cuatro días, pero se pasaba varias horas  delante de la obra, con los brazos cruzados, examinando y sopesando en silencio las figuras.

También recuerdo que en cierta ocasión a medio día, cuando el sol estaba en su cenit, abandono con premura la Corte Vecchia, donde estaba trabajando en su soberbio caballo de barro y, sin cuidarse de buscar la sombra, vino directamente a Santa María delle Grazie, se encaramo al andamio, cogió el pincel, dio una o dos pincelas y se fue”.

Cuando acabó la pintura, fue alabada como una obra maestra de diseño y caracterización, y desde ese momento se le consideró sin discusión no solo uno de los primeros maestros de Italia sino el primero. Los artistas acudían desde muy lejos al refectorio del convento de Santa María delle Grazie, miraban la pintura con detenimiento, la copiaban y la discutían.

Muchos expertos e historiadores del arte consideran a “La última cena” como una de las mejores obras pictóricas del mundo.

La obra se deterioró  por muchos eventos  e incluso en 1943 los bombardeos aliados casi destruyen el cenáculo. Entre 1977 hasta 1997, se realizó una restauración que mejoro un poco su estado.

Vamos al cuadro. La última cena se menciona en los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, se narran 3 actos que tienen lugar en esta, el anuncio de la traición, la institución de la Eucaristía y el lavatorio de pies.

Leonardo representa el anuncio de la traición en esta obra acorde al evangelio de Juan, capitulo 13, versículo 21 que dice “Cuando hubo dicho Jesús esto, se conmovió en el espíritu, y testifico y dijo: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar” y el versículo 22 que dice “Entonces los discípulos se miraron unos a otros, sin saber de quien hablaba”. En consecuencia esto es lo que representa el cuadro y los gestos de los apóstoles estarán acorde a esa revelación.

Ubicación de los apóstoles

El cuadro tiene una composición de grupos de tres apóstoles el primer grupo Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés, en la segunda triada esta Pedro, Judas Iscariote y Juan, en el centro esta Jesús con los manos mostrando las palmas y formando un triángulo la boca la tiene entre abierta indicado que está diciendo algo, la tercera  triada esta  Tomas, Santiago el Mayor y Felipe, y en la última esta Mateo, Judas Tadeo y Simón Zelotes que aparecen como ajenos a la escena debatiendo entre ellos.

Los apóstoles están representados como Hombres, no como santos, porque no tienen la aureola, claro para ser santos deben estar fallecidos,  esto hace que se representen con mucha humanidad, no solo en su aspecto físico sino en los detalles del temperamento de cada personaje.

La variedad de gestos y actitudes constituyen un registro de las distintas reacciones humanas posibles ante la noticia de la traición, desde la placidez de Cristo hasta la expresión de la ira, la incredulidad, la duda. Cabe indicar que los rostros de los apóstoles están menos idealizadas de las que podemos encontrar en otros pintores del Renacimiento incluso Leonardo buscaba rostros en la calle para representar a los personajes, por lo anteriormente dicho, la belleza cede a favor de un mayor realismo de la expresión a excepción de la figura de Cristo, perfecta en su quietud y estudio, más bella aún por el contraste con los otros gestos y caras de sus discípulos.

En Arte Guayaquil tenemos disponible una replica del la pintura “Los Cuatro Evangelistas” https://www.arteguayaquil.com/obra-de-arte/los-cuatro-evangelistas-replica-de-jhonald-troya/

Javier Jara

https://www.arteguayaquil.com

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